Facility Management Services 014

63 SMART SECURITY SMART City modelos de identificación de malware u otras técnicas que permitan identi- ficar a priori comportamientos que alerten sobre la posible infección de unos sistemas. Recordemos que, en muchos casos, las compañías se ente- ran con un retraso de semanas, sino meses, de que han sido hackeadas. La combinación de Data & Analytics con inteligencia artificial es un arma poderosa para las empre- sas, no sólo para ganar eficiencia y mejorar procesos, como se subraya con frecuencia, sino también para mejorar sus sistemas de seguridad. Además, ayuda a detectar amenazas antes de que ocurran y reduce el tiempo de respuesta si ya se han materializado. Éstas son las principales innova- ciones que se están asomando ya al campo de la ciberseguridad. Y más que vendrán, en este mundo de constante innovación en las llamadas tecnologías emergentes. Sin duda, tenemos por delante tiempos apa- sionantes, a la par que retadores. lisis de esos datos para buscar patro- nes de comportamiento –ya sean del consumidor, de procesos o de funcio- nes– con el objetivo final de intentar predecir el futuro, de anticiparse, lo que en la terminología del D&A se conoce como análisis prescriptivo. Un buen ejemplo es el mantenimiento predictivo que aplican, por ejem- plo, compañías de maquinaria pesada como ascensores, aerolíneas, minería y también en infraestructuras. Ahí es donde los sistemas de ciber- seguridad también pueden obtener ventajas del Big Data, es decir, del Data & Analytics. Eso es precisamen- te lo que hacen en parte los servicios de ciberinteligencia: analizan qué se dice y se hace tanto en la superficie como en las profundidades de la web, buscan conexiones entre posibles individuos o grupos que puedan ser indicios de que se están gestando inminentes ciberataques, por poner dos ejemplos sencillos. Se pueden incluso utilizar técnicas sofisticadas de machine learning para construir Objetivo estratégico En este universo del dato, la ciber- seguridad ha dejado de ser una función más en la empresa para con- vertirse en un objetivo estratégico que tiene que ser bien entendido, compartido y refrendado por la alta dirección. Si no, es imposible abordar una estrategia realmente efectiva. Afortunadamente, aunque a veces vengan motivados por las circunstancias o malas experiencias –propias o ajenas–, la alta dirección va tomando plena conciencia de que la ciberseguridad es un factor crítico, un riesgo que, de materializarse, puede abrir una profunda brecha tanto en la reputación de la com- pañía como en el desarrollo de su negocio y en sus cuentas financieras. En este sentido, la consultora IDC estima que los ciberataques contra las empresas costaron entre cuatro y siete millones de dólares de media el año pasado a nivel global. A partir de la adopción de un enfo- que correcto ante la ciberseguridad, hay que dotarse de las herramientas y procesos necesarios para garantizar la seguridad de los sistemas y de los propios procesos, de sistemas de vigilancia que permitan anticipar los riesgos, de diseñar un modelo de gobierno y un protocolo de actua- ción a seguir en el caso de poten- ciales incidentes. Reforzar y prevenir. Construir una empresa realmente resiliente. Y estar preparado para actuar rápidamente si llega el caso. Oportunidad Pero sería un error pensar que el Big Data solo añade riesgos. También oportunidades. Oportunidades que vienen de la mano de lo que podría- mos llamar la segunda derivada del Big Data. Porque no tiene sentido hablar de éste sin mencionar el Data & Analytics (D&A). Los datos en sí mismos pueden tener valor, pero lo que realmente tiene valor es el aná- En pocos años hemos pasado de megabytes a la era del zettabyte, que pronto se nos quedará corta.

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