Facility Management Services 014

75 ARTÍCULO TÉCNICO FACILITY Services Con esto de las redes sociales, re- cuerdo una frase que me enviaron por whatsapp (aún sin mencionar): “¿Os acordáis cuando se creía (antes de internet) que la causa de la estu- pidez colectiva era la falta de acce- so a la información? Pues no era eso”. El exceso de información no garanti- za que se sepa, se conozca, se mida e incluso se tomen las decisiones co- rrectas. Entonces, pienso, igual hoy sólo un poco. Con la ausencia de legislación sobre inteligencia artificial, la crea- ción del Center for Humane Technolo- gy por los renegados de Silicon Valley; cuando “Le Suquet” pasa de las es- trellas Michelin, o cuando Andy Stal- man dice que una sociedad debe ser humano-céntrica. Incluso Leopoldo Abadía con su asertividad. Igual es que cada persona tiene sus ‘softwa- res’ y no otros. ¿Y Facility? Facility en cada uno de los ‘softwares’. Clece sólo es posible gracias a las más de 74.000 personas y nuestros clientes, que hacen posible nuestra marca. Con y sin ‘softwares’. mientas de gestión CAFM. Si lo que nos ocupa es un objetivo estratégico como la prevención y salud, un sof- tware y su gestión documental será elemental. En una escuela infantil, pa- dres y educadores priorizan la segu- ridad de los niños y la comunicación: ubicación y agendas son la base de su aplicación informática. El servicio a domicilio garantiza una asistencia diaria mediante una sencilla App. El mantenimiento técnico legal, la cade- na de frío, el alumbrado público, un Call Center o un Helpdesk. Incluso la disponibilidad de un quirófano. Sin olvidarme de las áreas de ERP, CRM, etc., que existen de forma trans- versal para los cuadrantes, facturas, compras, clientes. Incluso más, linke- dIn, facebook, twiter... Me repito, no todo vale para todo. formación es válida. Por qué esa y no otra. Para todo esto hay que pensar un poquito. Y me pregunto, ¿cuánto tiempo nos dedicamos a pensar? De ahí las tres referencias expuestas con anterioridad. Para que un software realice distintas tareas, antes tenemos que saber qué tareas y, sobre todo, conocer qué queremos que nos diga con esas tareas para poder utilizar un lenguaje apropiado. Una herramienta. Desafortunadamente, nos queda- mos en la herramienta. Y ni siquie- ra nos cuestionamos qué se debe co- nectar entre otras cosas a la red. Lo demás, como el valor, se presupone. Pues hay que tener mucho. Mucho va- lor. El cincuenta por ciento del éxito de un contrato es el software porque la otra mitad depende del equipo, las personas y su conocimiento. Las per- sonas y sus ‘softwares’. Mi primera cla- se recibida de máster fue: “puede que el edificio más inteligente que te en- cuentres sea el que mejor portero tenga”. Pues eso, “fifty – fifty”. Con el correcto uso de los ‘softwa- res’ se evitan errores; obtenemos re- levancia, efectividad y accesibilidad; creamos nuevos procesos de apren- dizaje; reducimos esfuerzos; reutiliza- mos experiencias. Todo ello para una mayor calidad y mejora. Y como re- sultado, innovamos. Algo habitual por mi parte es repe- tir o quizá reiterarme en ciertos as- pectos. Nuevamente lo hago. Se ne- cesitan soluciones diferentes confor- me a la cultura de la organización y el uso del activo a gestionar. No todo vale para todo. Cuando buscamos tener una vi- sión estratégica utilizamos herra- Se necesitan soluciones diferentes conforme a la cultura de la organización y el uso del activo a gestionar. No todo vale para todo.

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