Cinco claves para una vuelta segura y exitosa a los espacios de trabajo

Vuelta a las oficinas
ISS

La pandemia ha creado un conjunto de retos únicos que, un año más tarde, siguen condicionando la gestión de los espacios de trabajo. En este contexto, las organizaciones planifican los lugares de trabajo para responder a las nuevas necesidades y preferencias de sus empleados.

Precisamente, ISS destaca cinco claves para una vuelta a la oficina segura y exitosa, aprovechando todas las posibilidades de los espacios de trabajo.

1.- Escuchar la voz del empleado

La escucha activa de las necesidades de los empleados está en el centro de la configuración del workplace. Unas necesidades que han variado tras la pandemia y que condicionan la reapertura y planificación de los espacios y dinámicas de trabajo. Según un informe de McKinsey, el 52% de los trabajadores apuesta por un modelo de trabajo más flexible que hasta el momento. En este sentido, las compañías han de activar procesos de escucha para obtener información sobre las preferencias de los empleados y, así, incrementar su compromiso.

2.- Repensar los espacios de trabajo

A partir de la comprensión de las necesidades de los empleados, la forma de transformar los espacios de trabajo pasa por una metodología analítica. Según un estudio de Deloitte de 2020, seis de cada diez ejecutivos han centrado sus estrategias de workplace en reinventar sus espacios de trabajo. Para ello, una de las primeras acciones de las compañías antes de la vuelta vacacional será revisar la ocupación y el comportamiento de los espacios de trabajo. Los recuentos cuantitativos y las evaluaciones cualitativas permitirán descubrir la necesidad y uso real del espacio de las instalaciones después de la pandemia. Gracias a este análisis, ISS establece algunas conclusiones:

  • La presencialidad en el lugar de trabajo todavía no es mayoritaria. De media, el 51% de los puestos de trabajo está en uso, con picos máximos del 65% de media.
  • Las salas de reuniones están infrautilizadas. Solo el 42% de los asientos se utilizan durante las reuniones. Las reuniones son más virtuales que físicas, ya que hasta un 22% de ellas solo cuentan con una persona en la sala.
  • Carencia de espacios cualitativos. Existe una ausencia de espacios pensados para la concentración o el trabajo más reflexivo.

3.- Compromiso y productividad más allá de los espacios de trabajo

La irrupción del teletrabajo ha generado un paradigma para el que ni las empresas ni los empleados parecían estar preparados. Más de la mitad de los empleados (58%) sigue sin contar con un espacio en sus hogares adaptado para desarrollar su trabajo, según un informe de la Consultora Lessman que mide y analiza la experiencia de las personas en su lugar de trabajo.

Para ello, las compañías tienen que presentar soluciones que ayuden a fomentar la colaboración, la innovación y la productividad. Estas han de ser diversas y centrarse en diferentes cuestiones. Pueden ir desde programas de formación laboral adaptados a la nueva realidad, a facilitar equipamiento técnico y ergonómico, o mejorar la alimentación o la seguridad laboral.

4.- Crear un sentido de pertenencia

A medida que el lugar de trabajo cambia, muchas empresas se preguntan cómo mantener una cultura corporativa, una motivación positiva y un sentido de pertenencia. Para ello, figuras como la del Workplace Experience Manager ejemplifican este cambio de paradigma. No en vano, se encarga de generar experiencias valiosas en el espacio de trabajo para los empleados. La construcción del concepto de comunidad pasará a estar en el centro de las políticas de muchas empresas.

5.- Fomentar la confianza y el bienestar de los trabajadores

Además de las actividades de salud centradas en el bienestar físico y mental, la limpieza se ha convertido en prioridad en los entornos de trabajo. La monitorización y cuantificación de los niveles de higiene permiten aportar la tranquilidad necesaria a los empleados. Y es que la proyección del workplace como un entorno seguro no solo supone una política de bienestar, sino también una medida económica. De hecho, un estudio reciente de la consultora IBI (Integrated Benefit Institute), que evalúa la salud y el bienestar de los trabajadores, calculó unas pérdidas de 575.000 millones de dólares para las empresas norteamericanas debido a enfermedad o baja de sus empleados durante 2020.

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