El hidrógeno verde como salvavidas de la industria del gas

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Diversas organizaciones ecologistas y sociales

Ante los acuerdos recientes expuestos por los presidentes de los Estados francés, portugués y español, las organizaciones Amigos de la Tierra, Comité Ciudadano de Emergencia de la Ría del Ferrol, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace, Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y WWF han difundido un comunicado en el que muestran “su rechazo tajante ante los proyectos de interconexión gasista presentados, denominados por estos gobiernos como ‘corredores verdes’”. Estas organizaciones ecologistas y sociales consideran que tanto el gasoducto submarino como la tercera conexión con Portugal son “innecesarias”. Además, aseguran que suponen “un impedimento para una transición energética justa”, “son un lavado verde para la industria gasista” y “bloquean fondos que deberían dirigirse a soluciones reales que ya pueden ser implementadas”.

Paralelamente, opinan que lo más probable es que la propuesta de nuevo corredor submarino, llamada BarMar, tampoco se llevará a término “por la inviabilidad del proyecto”. Sin embargo, sentencian, “mientras se desestima la idea, se perderá tiempo, esfuerzo y dinero público en estudios que podrían destinarse a las verdaderas soluciones: el ahorro energético y las renovables dimensionadas”.

Consideraciones en torno al hidrógeno

Así las cosas, estas organizaciones ecologistas y sociales plantean las siguientes consideraciones:

  • Desde el punto de vista técnico, actualmente el 99% del hidrógeno producido procede de combustibles fósiles, principalmente del gas fósil. La promoción del hidrógeno sigue atando a la ciudadanía al consumo de gas fósil. No supone un respiro para la coyuntura energética ni en el medio ni en el largo plazo por los altos consumos energéticos que conllevaría. Construir un supuesto hidroducto internacional es incompatible con la red de gasoductos nacionales.
  • La construcción resultaría muy complicada al ser un gasoducto submarino, y teóricamente enfocado al transporte de hidrógeno. Se necesitan materiales especiales, como la aleación específica de acero, y compresores más potentes y adaptados. Todo ello puede derivar en altos costes. Es necesario un estudio técnico del fondo marino e impactos a los ecosistemas marinos. Aunque no conocemos en detalle el trazado, atravesará el Golfo de León, que es una de las zonas con mayor índice de biodiversidad en el Mediterráneo, donde se encuentran espacios marinos protegidos, el corredor de cetáceos o el Santuario de Pelagos.
  • Existen cuestiones de vulnerabilidad geográficas e impactos medioambientales y climáticos. No se ha evaluado cómo afectarían las fugas de hidrógeno en los ecosistemas marinos ni sus impactos en la atmósfera, debido a sus propiedades físico-químicas, su alta inflamabilidad y coeficiente de difusión mayor que el del gas fósil. Tampoco hay constancia de los planes de contingencia al respecto.
  • Por otro lado, el proceso de electrólisis tiene una pérdida de eficiencia del 30%, lo que provocaría un sobredimensionamiento de la generación renovable y megaproyectos en el Estado español.

Otras cuestiones por resolver

En el ámbito político, las organizaciones expresan su sorpresa ante este cambio de postura del Estado francés, que desde el año 2011 se ha opuesto a la construcción de interconexiones que no fueran eléctricas. Se preguntan “a qué se puede deber este cambio y qué beneficios obtendría Francia apoyando este proyecto, teniendo en cuenta las intensas movilizaciones sociales en contra de las megainfraestructuras gasistas y el incremento del coste de la vida”.

Asimismo, denuncian el discurso de Hub energético con el que el Estado español se ha posicionado en las últimas décadas como exportador de energía para el centro de Europa, con un tono más agresivo durante el último año. Además, se cuestionan si este es “un proyecto realmente necesario para responder a las necesidades energéticas de la ciudadanía y hacer frente a la actual crisis energética”.

Y añaden: “Esta decisión aleja una transición energética que se base en energías renovables y que sea justa. También supondrá un gran impacto en el territorio, porque supondría la implementación de megaproyectos renovables para la producción de hidrógeno y su exportación”.

Finalmente, estas organizaciones se plantean cuestiones como con qué fondos se va a financiar este corredor y si serán de nuevo las personas consumidoras las que sufran el encarecimiento de la factura energética.