Qué es el Mantenimiento Basado en Riesgos, cómo funciona y quién lo necesita

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Gertrudis Bujalance

En la era digital la palabra mantenimiento ha cobrado una dimensión cuyo alcance se multiplica a diario, casi ante nuestros ojos. El término define la totalidad de procedimientos exigidos para preservar la operatividad de una unidad o para recomponerla de modo que efectúe un cometido específico. La vertiente del Mantenimiento Basado en Riesgos aborda los componentes críticos por su repercusión sobre toda la unidad en caso de disfunciones.

¿Qué es el Mantenimiento Basado en Riesgos?

El Mantenimiento Basado en Riesgos prioriza los recursos de gestión hacia los componentes de las infraestructuras o equipamientos que conllevan el mayor riesgo en caso de error o fallo. El término, conocido en los países de habla inglesa como Risk-Based Maintenance, alude a una metodología utilizada para establecer la forma gestionar los recursos de mantenimiento con el menor gasto posible.

La metodología del Mantenimiento Basado en Riesgos se aplica a cada mecanismo operativo de una instalación, que a su vez tendrá mecanismos contiguos que dependan de su funcionamiento correcto. Y así sucesivamente con el resto de los componentes de la infraestructura o recinto urbano. Primero se determinan los posibles modos de fallo del sistema. A continuación se aplica un marco de mantenimiento basado en los riesgos de cada elemento integrante de la unidad.

Es decir, se trata de optimizar tanto la gestión como la propia labor de mantenimiento de una instalación, minimizando todos los riesgos y abordando todas las contingencias.

Dos fases principales del mantenimiento en función del riesgo

  1. Estimación de los riesgos

La evaluación de fallos potenciales de las instalaciones es uno de los aspectos más relevantes del mantenimiento basado en riesgos. Cuanto más exacto sea este diagnóstico, mejores serán los resultados del procedimiento.

No existe un método estándar para evaluar el riesgo. Los enfoques cualitativos, semicuantitativos y cuantitativos se utilizan para determinar las posibles vulnerabilidades de los sistemas o infraestructuras. Para calibrar con precisión las opciones de que estos riesgos se materialicen, los métodos suelen emplear criterios deterministas y probabilísticos. El planteamiento más adecuado dependerá de los datos disponibles para evaluar cada riesgo.

2. Planificación del mantenimiento 

El MBR es una estrategia adecuada para cualquier plan de mantenimiento. Como metodología, proporciona un criterio sistemático para determinar los planes de mantenimiento más adecuados para cada empresa o entidad. Tras la implementación de estos planes de mantenimiento, el riesgo de fallo de las instalaciones será bajo.

Mantenimiento Basado en Riesgos, paso a paso

  • Recoger datos

Para cada riesgo identificado, es necesario aportar datos. Esto incluye compilar información sobre cada riesgo, sus consecuencias generales sobre la infraestructura completa y los métodos generales usados para mitigar y predecir el riesgo.

  • Evaluar los riesgos

En la etapa de valoración del riesgo, tanto la probabilidad de que se materialice como las consecuencias del riesgo se cuantifican en el contexto de la instalación correspondiente.

  • Clasificar los riesgos

Una vez completada la evaluación del riesgo, la probabilidad y la consecuencia se combinan para determinar el riesgo total. En base a unos niveles predeterminados este apartado del riesgo total se organiza de manera que cada riesgo se categoriza como aceptable o inaceptable.

  • Crear un plan de inspección

Si un determinado riesgo se considera inaceptable, se define un plan para inspeccionar el componente mediante un criterio de monitoreo de condición. En caso de considerarse más apropiado en términos económicos y técnicamente factible, se podría implementar un programa de mantenimiento preventivo.

  • Minimizar los riesgos

En esta etapa se elabora la propuesta para minimizar el riesgo, utilizando el enfoque de monitoreo de condición y mantenimiento.

  • Reevaluar las propuestas

Finalmente, cada propuesta se evalúa frente a otros factores, como los requisitos legales y normativos. Si la metodología no resuelve las necesidades de la propuesta de minimización de riesgos, se regresa al primer paso. En caso contrario, se pone en marcha la propuesta de mantenimiento.