La electricidad es el último grito en calefacción

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EM Power Europe

La transición energética está haciendo que los sectores de la electricidad y la calefacción estén cada vez más interconectados, y la calefacción con electricidad solar autogenerada cada vez gana más adeptos. Aparte de las bombas de calor, la tendencia es, sobre todo, la calefacción por infrarrojos. Este mercado tiene un gran dinamismo, impulsado por la subida de precio del petróleo y el gas, el abaratamiento de las instalaciones fotovoltaicas, las innovaciones en productos y la normativa para proteger el clima. A medida que vaya aumentando el uso de electricidad para generar calefacción y agua caliente, más se irá fusionando también el oficio de electricista con el de instalador de calefacción.

En las obras nuevas, ya se puede ver que los cables están reemplazando a las tuberías para proporcionar calefacción y agua caliente. La nueva tendencia son los edificios con una instalación fotovoltaica convenientemente dimensionada con el fin de que la electricidad solar cubra al máximo posible las necesidades de electricidad y calor. Y es que esto no solo es bueno para cuidar el clima, sino también el bolsillo, ya que, si la bomba de calor funciona con electricidad solar autogenerada, también aumenta la rentabilidad de la instalación fotovoltaica gracias al mayor porcentaje de autoconsumo. Pero, para garantizar un funcionamiento eficiente, todos los componentes deben estar bien coordinados entre sí (también los acumuladores de inercia necesarios). Un requisito fundamental para ello es un sistema de gestión de la energía e, idealmente, también un acumulador de electricidad.

Calefacción inteligente con electricidad, ¡le explicamos cómo funciona!

Quienes deseen conocer las últimas tendencias en calefacción eléctrica, el nivel de inteligencia alcanzado por las bombas de calor y cómo integrarlas de manera óptima en sistemas de energía renovable, encontrarán una amplia oferta de información en EM-Power Europe entre el 19 y el 21 de junio de 2024 en Múnich (Alemania). Entre los temas principales de esta feria internacional, especializada en gestión de la energía y soluciones energéticas interconectadas, destacan la integración de los prosumidores, electromovilidad y sistemas power-to-heat, infraestructura para contadores inteligentes, monitorización y gestión de la energía, gestión de la carga y flexibilidad, y modelos de energía como servicio (Energy-as-a-Service).

Confort térmico en obra nueva

Muchos edificios de nueva construcción con buen aislamiento utilizan calefacción por infrarrojos alimentada por electricidad solar como fuente principal de calefacción y, en edificios antiguos, puede servir como solución de transición para reducir a corto plazo el consumo de combustibles fósiles. Los puntos a favor de la calefacción por infrarrojos como calefacción eléctrica de baja temperatura son, sobre todo, su bajo coste de adquisición, su diseño compacto, la rapidez con que se calientan y enfrían (tiempo de reacción), su alta eficiencia y la facilidad de instalación. Además, generan un calor radiante agradable, apenas requieren mantenimiento y se caracterizan por una larga duración. Un inconveniente es que no sirven para calentar agua sanitaria, para lo que se necesitaría un sistema aparte.

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Mejora gradual de la eficiencia en edificios antiguos

En muchos edificios antiguos, lo habitual hasta ahora solía ser la calefacción central por agua a elevada temperatura de salida calentada con combustibles fósiles. Normalmente, hacer una reforma completa para transformarlos de una sola vez en edificios alimentados por energía solar es demasiado costoso. Pero también se puede hacer gradualmente, tal y como demuestran los ejemplos prácticos y las simulaciones.

Primero se desacopla el sistema de agua caliente sanitaria del circuito de calefacción. Para el suministro de agua caliente, ya sea para el baño o para la cocina, se instala un sistema híbrido consistente en una moderna bomba de calor para agua sanitaria. Este sistema utiliza electricidad para calentar el agua y la almacena en un depósito aislado. Durante el día, puede alimentarse con electricidad solar. Además, la bomba de calor aire-agua requiere muy poca electricidad para funcionar, ya que tiene una eficiencia muy alta.»

El sistema de distribución de calor y los radiadores de la instalación antigua se regulan a una temperatura de salida menor (35-40 grados Celsius) para cubrir las necesidades básicas de calefacción. En las distintas habitaciones se instalan radiadores de infrarrojos de respuesta rápida que entran en acción cuando hay un aumento puntual de las necesidades de calor, lo que se viene llamando picos de carga; de esta forma se reduce el consumo de combustibles fósiles. Mientras tanto, la vivienda mantiene un nivel de confort constante sin necesidad de hacer una costosa reforma, como cambiar el sistema de calefacción por agua o una rehabilitación completa de la envolvente del edificio. En otra fase se puede sustituir el antiguo sistema de calefacción (de fuel o gas) por una bomba de calor aire-agua de pequeñas dimensiones y utilizarla en combinación con los radiadores infrarrojos distribuidos por la casa.