Juan Martinez Diaz Guerra Telefonica
Juan Martínez Díaz-Guerra Experto en empresas TELEFÓNICA ESPAÑA

Las ventajas de los ‘smart buildings’ en una sociedad en transición

vista de edificios, zonas verdes y un lago con un cielo nuboso.

Llevamos mucho tiempo diciendo que estamos en una revolución industrial que no tiene precedentes y que está cambiando nuestra forma de trabajar y vivir. De hecho, la transformación digital ya está llegando a las ciudades con las ‘smart cities’, que son esas urbes que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida, la sostenibilidad y la eficiencia de sus infraestructuras y servicios, como es el caso de la ciudad de Santander, Valencia o Barcelona.

Ahora, este concepto alcanza también a los edificios. Los ‘smart buildings optimizan su funcionamiento y ofrecen un mayor confort a los usuarios gracias al uso de tecnologías de última generación. Además de ser respetuosos con el medio ambiente, son capaces de racionalizar el uso de las instalaciones y de ofrecer la mejor experiencia a las personas que los utilizan.

Esto lo hacen gracias a la implantación de soluciones que, a través de una única interfaz común, dan acceso a una plataforma de analítica e inteligencia artificial (IA), integrada con una capa de software de control de gestión de la edificación y con una capa de sensores con los que se recopila la información, lo que facilita el funcionamiento del edificio.

Esa capa de IA y análisis de datos es la que permite procesar la información, destacar la más importante e interactuar con los diferentes sistemas para generar modelos predictivos que pueden aplicarse sobre el terreno.

Un concepto cada vez más necesario para los smart buildings, entre otros motivos, por su contribución a la eficiencia energética y a la sostenibilidad. Esta última es una de las grandes preocupaciones de las empresas y las administraciones públicas, que han de gestionar estos activos y los impactos ambientales derivados de ellos. Todo ello, en un marco de regulación y políticas de sostenibilidad cada vez más exigente.

Nuevos horizontes tecnológicos

La tecnología se abre paso en el mundo de la construcción y la conservación del patrimonio. El motivo es que con las nuevas tecnologías se están poniendo en marcha prácticas de construcción, gestión y mantenimiento que permiten ahorros en el consumo de energía eléctrica y de agua, y que reducen la huella ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida de las infraestructuras. Y tanto edificios nuevos y como existentes tienen que integrarse en ese nuevo modelo en el que prima su sostenibilidad.

En los nuevos smart buildings, soluciones tecnológicas como el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), el ‘big data’ y la IA están colándose en las fases de diseño y construcción, lo que permite modificar las instalaciones dependiendo del uso que se vaya a hacer de ellas. Esto redunda en unos costes más reducidos en la fase de explotación y unos menores impactos ambientales en todas las fases.

El uso de sistemas de control se aplica a todo tipo de edificaciones, desde edificios de uso administrativo hasta hospitales, universidades o infraestructuras como nodos de transportes, e incluso también aplica a las edificaciones de carácter histórico y cultural, como, por ejemplo, museos, catedrales o bibliotecas. Esto permite una serie de ventajas, entre las que destacan:

– Vista unificada de los principales parámetros, como el consumo de energía y agua, lo que permite repartir de forma estratégica los recursos de las instalaciones, para conseguir un ahorro de costes y de recursos que puede ser de hasta un 30%.

– Disminución de las emisiones de CO2.

– Gracias a la automatización de las tareas de supervisión, los responsables del mantenimiento pueden dedicar su tiempo a tareas de mayor valor.

– Posibilidad de crear un gemelo digital para visualizar los activos, comprobar su estado y llevar a cabo un mantenimiento predictivo que reduzca el gasto operativo y mejore el confort y la seguridad de los ocupantes.

– Regulación de la iluminación exterior y de fachada, así como apagado de zonas interiores y exteriores (como las zonas comunes, áreas recreativas o aparcamiento) según la detección de presencia o el nivel de luminosidad.

 

Gente sentada en el recibidor de un edificio.

Aunque parezca muy novedoso, algunos de los elementos que estamos comentando llevan décadas funcionando. Es el caso del encendido de la luz de los rellanos en las casas cuando salimos del ascensor. Sin embargo, hasta ahora no se había combinado la información de los sistemas existentes, como la iluminación y la climatización, con nuevas soluciones de control y automatización o energías renovables.

Por ello, para procesar todos estos datos es necesario contar una plataforma flexible, Building Management System (BMS), que integre fácilmente todos los datos y los agrupe en una misma semántica. Posteriormente, se pueden desplegar en cuadros de mando que, bajo una única visión, enseñen lo que está ocurriendo en el edificio.

De esta forma, las soluciones de smart buildings de Telefónica incorporan una serie de capas que permiten recoger la información que se genera en los distintos sistemas del edificio a través de sensores. Estos datos se procesan en los controladores y se transmiten en forma de orden al sistema involucrado en la operación, como la climatización o la iluminación, a través de los módulos de salida. La comunicación entre los diferentes componentes se hace de forma segura a través de la red de comunicaciones de Telefónica y, finalmente, la interfaz permite unificar en un único punto toda la información recibida en tiempo real, para que los gestores puedan tomar decisiones basadas en información procesada a partir de los datos.

Todo un adelanto que, como ya señalan los expertos, será el paso previo a la total autogestión de los edificios en una sociedad cada vez más digitalizada.