Francisco García Benítez, miembro de la Comisión de Trabajo de Research y Formación de IFMA España
Francisco García Benítez Miembro de la Comisión de Trabajo de Research y Formación IFMA España

BIM y normalización, complementos necesarios para la gestión de activos

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No es una novedad que la gestión de los activos es una actividad necesaria para que las organizaciones aumenten el valor de estos, como tampoco lo es la dificultad que supone recolectar, compilar, gestionar, analizar y utilizar la información relativa a los mismos.
Es por eso que resulta crítica la elección de un sistema de gestión de activos que integre la información, los procesos definidos y las tecnologías necesarias que soporten este ecosistema. En este sentido, la serie de normas ISO 55000 puede ser de gran ayuda para enfocar de manera correcta esta actividad, ya que provee los aspectos generales para la gestión de activos y los sistemas de gestión de activos.

Dentro de un contexto de transformación digital de las organizaciones, en pro de conseguir la eficiencia operativa, el engranaje perfecto para producir información confiable es la aplicación de la metodología BIM

BIM, acrónimo de Building Information Modeling, es una metodología que se basa en el uso de una representación digital compartida de un activo construido para facilitar los procesos de diseño, construcción y operación, y proporcionar una base confiable para la toma de decisiones.

La metodología BIM se caracteriza por el uso de la representación digital del activo (gemelo digital) que, a través de la creación de diversos procesos durante las diferentes etapas de su ciclo de vida y del uso de tecnologías asociadas, como pueden ser GIS (Sistemas de Información Geográfica), IoT (Internet de las Cosas) o BAS (Sistemas de Automatización de Edificios), supone una réplica virtual de las características físicas y funcionales del mismo.

El uso del gemelo digital permite, entre otros beneficios, anticiparse a posibles defectos de comportamiento, planificar mejores procesos de producción y programación de recursos, gestionar en tiempo real los espacios de los activos y el personal que los ocupa o administrar mejor los servicios de soporte, tanto al propio activo como al personal que los ocupa.

Otra de las características es el uso de entornos comunes de datos (CDE) que promueven el espíritu de que la información sea la misma, compartida, para todos los actores que intervienen durante el ciclo de vida de un activo o de un proyecto.

Suponen una fuente de información acordada para recopilar, gestionar y difundir la información a través de un proceso administrado. Toda la información, tanto técnica como no técnica, se integra en un único entorno a través de bases de datos conectadas, siendo la misma para todas las partes interesadas en producirla, consultarla, actualizarla y consumirla, lo que deriva en unos datos mucho más fiables sobre los que poder planificar buenas políticas de gobernanza del dato para mantener y mejorar un PEGA (Plan Estratégico de Gestión de Activos).

La serie de normas ISO 19650 trata la organización y digitalización de la información en obras de edificación e ingeniería civil que utilizan BIM y de la gestión de la información al usar esta metodología.

Por último, la serie de normas ISO 41000 ayudará a integrar las actividades del Facility Management (FM). Define FM como la función organizativa que integra personas, espacios y procesos dentro del entorno construido, con el fin de mejorar la calidad de vida de personas y la productividad del negocio principal.

La metodología BIM es el hilo conductor de todo el proceso de integración.

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Ejemplo de integración

Un ejemplo de esta integración podría ser el siguiente. Una organización propietaria de patrimonio distribuido, del cual una parte es en propiedad y otra arrendada, dispersa geográficamente en el ámbito internacional. Pretende normalizar la información del porfolio para que sea global, consistente, fiable y comparable y establecer un PEGA donde se recojan requisitos de información de gestión de las superficies que ayuden a optimizar el CAPEX, planes de gestión de mantenimiento que permitan administrar mejor el OPEX, planes de gestión de espacios en función del uso para poder hacer repercusión de costes a las diferentes divisiones de negocio y requisitos de ocupación flexible de los espacios.

Con tal objetivo un ecosistema eficiente podría ser la implantación de un CDE para centralizar la información para todos los actores, que ayudará a aplicar las políticas, normas y estándares establecidos. El levamiento de modelos BIM que cumplan con los requisitos de información deseados y permitan métodos de gestión colaborativos que garanticen que los datos producidos son confiables y mantenibles. Por último, será crucial la elección de un IWMS (Sistema de Gestión Integrada del Entorno de Trabajo) que sea capaz de comunicarse con los modelos BIM de manera bidireccional en tiempo real, para que la información fluya en ambos sentidos y que, a la vez, se comunique con los sistemas inmóticos y sensóricos de los edificios. También debe ser vinculable a los sistemas de recursos humanos (RRHH), los ERP (Sistemas de Planificación de Recursos Empresariales) y los CRM (Sistemas de Control de las Relaciones con los Proveedores).

Una decisión estratégica para la puesta en marcha de este ecosistema sería la implantación de la metodología BIM para soportar toda esta estrategia.