Castellana 85, la apuesta de Accenture por el bienestar y la innovación

La compañía Accenture ha elegido el edificio Castellana 85 como su sede principal en Madrid. Con este inmueble quiere ofrecer a sus profesionales y clientes un lugar donde vivan una experiencia única y diferencial. El edificio, inteligente y sostenible, es la base de un proyecto de modelo de trabajo híbrido donde prima el bienestar de las personas y la sostenibilidad.

Leticia Duque

El edificio Castellana 85 es la actual sede de la compañía Accenture. Un edificio que convierte sus jornadas laborales en toda una experiencia de confort y bienestar.

El edificio Castellana 85 se encuentra en el Paseo de la Castellana de Madrid, en pleno corazón financiero de la capital española. Las oficinas de Accenture tienen más de 9.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas y una terraza de 1.200 metros cuadrados. En este espacio, disponen de más de 500 puestos de trabajo, 40 salas de reuniones y 47 focus rooms (espacios cerrados de concentración).

“Los servicios disponibles incluyen grandes cafeterías y coffee points por todas las plantas, eco-corners (puntos de reciclaje inteligente, impresión y material de oficina), mensajería, soporte técnico, sala médica, fisioterapeuta, psicólogo, y espacio wellness”, nos explica Dídac Muñoz, Workplace Lead para España, Portugal e Israel de la compañía. Además, continúan explicándonos, “el edificio cuenta con duchas, conexión para la carga de coches eléctricos y vehículos de movilidad personal. La oficina se caracteriza por el uso de materiales ecológicos, reutilizados y antimicrobianos y elementos accesibles e inclusivos. Todo ello tomando la naturaleza y distintos lugares icónicos de Madrid como inspiración”.

La compañía eligió este edificio, para ubicar su sede principal, teniendo en cuenta varios factores, como por ejemplo su ubicación, que les permite estar en el centro de negocios de Madrid, tener fácil acceso al transporte público y contar con espacio y servicios para vehículos de movilidad personal. También por la accesibilidad, ya que es un edificio sin barreras arquitectónicas; y por la sostenibilidad, por ejemplo, en cuanto a eficiencia energética, cuenta con sensores de luz e iluminación natural, materiales de baja o cero emisiones. Toda la energía consumida proviene de fuentes renovables y el edificio cuenta con la certificación LEED Platinum y WELL Gold. “Además, el inmueble proporcionaba espacio suficiente para integrar a equipos provenientes de otras oficinas. Y por supuesto, la terraza supuso un elemento diferenciador a la hora de tomar la decisión”, destaca Teresa Albertos, Corporates Services & Sustainability Lead para España, Portugal e Israel de Accenture.

Con la irrupción de la pandemia producida por el Covid-19 -momento en el que en la compañía ya contaban con todas las capacidades tecnológicas necesarias para trabajar en remoto, implantadas con anterioridad, que facilitaron en gran medida la adaptación durante este periodo-, se avanzó, después, en la definición de un nuevo modelo de trabajo híbrido y basado en la flexibilidad, donde los entornos virtuales y en remoto se combinan con espacios de oficinas más saludables que promueven el bienestar de las personas, según nos indican desde Accenture.

“Efectivamente, en este nuevo modelo, los espacios físicos en los que los profesionales y clientes interactúan con la marca tenían que redefinirse: la oficina deja de ser un lugar en el que trabajar individualmente para convertirse en un espacio de colaboración, innovación, creatividad y experiencias únicas”, asegura Dídac Muñoz.

Los profesionales de Accenture en España se benefician de este modelo de “flexibilidad responsable, que les permite trabajar dónde, cuándo y cómo lo necesiten”, según la compañía. “Desde nuestro equipo nos esforzamos en cubrir sus necesidades para que puedan desarrollar su mejor versión. La tecnología permite a nuestros profesionales trabajar en remoto de manera segura, potenciando la flexibilidad y la productividad”, continúa Dídac Muñoz.

La línea de diseño elegida por la compañía pretende humanizar el espacio, por ello prevalecen los tonos neutros, la vegetación y los materiales naturales, en gran medida reciclados, que demuestran el compromiso con la sostenibilidad, combinados con elementos diferenciales de la marca y guiños a lugares emblemáticos de Madrid y España.
La accesibilidad está muy presente en el desarrollo de un diseño inclusivo, modular, ergonómico, con alta presencia de dispositivos plug-and-play en las diferentes zonas de trabajo, y con la implantación de la sensorización, que ayuda a asegurar un entorno cómodo y saludable.

Además, prevalecen los espacios colaborativos y flexibles, todo está pensado para potenciar la creatividad, el trabajo en equipo en las oficinas, y las experiencias híbridas mediante el uso de la tecnología. De todos los espacios, la compañía destaca la amplia terraza, que les permite jugar con distintos usos, desde poder hacer un descanso a realizar reuniones o, incluso, eventos.

El poder del dato

La tecnología, junto a la sostenibilidad y el bienestar de las personas, podríamos decir que, son los ejes que marcan el desarrollo de la nueva sede de Accenture, Castellana 85. La compañía se ha apoyado en la tecnología para “crear experiencias memorables, para conocer las preferencias de las personas y para adaptarnos a sus necesidades”, explica el Workplace Lead para España, Portugal e Israel de la compañía.

“La tecnología está presente por todo el edificio, en primer lugar, por la sensorización de los espacios, que proporciona datos en tiempo real clave para la toma de decisiones en la operativa diaria y para asegurar la calidad de las experiencias híbridas”. Las diferentes zonas de trabajo poseen una amplia variedad de dispositivos para facilitar la flexibilidad, la colaboración y la creatividad: un entorno conectado y wireless, estaciones de carga inalámbrica y portátil, pantallas interactivas, sistemas de videoconferencia para reuniones híbridas, audio de calidad, cuidado y adecuado a cada espacio… “y todo con la particularidad de estar listo para su uso en el momento y de forma sencilla”, comentan.

Incluso la arquitectura de la oficina está digitalizada: “contamos con ‘la Carrila’, un elemento arquitectónico (decorativo) que conecta los distintos espacios, ambientes y equipos, y permite en su estructura la colocación de sensores, señales o indicadores de ocupación. En definitiva, es un elemento de conexión y comunicación, que refleja nuestros valores, traslada las últimas novedades y promociona las experiencias a los profesionales y visitantes a través de las pantallas en las diferentes plantas”, continúa Dídac Muñoz.

Desde el comienzo del proyecto del traslado al nuevo edificio, estuvo presente el poder del dato “para tomar decisiones informadas que nos ayudasen a impulsar cambios que hicieran frente a las nuevas demandas de profesionales, clientes y otros grupos de interés”. Todo se desarrolló mediante análisis de ocupación y del uso real de los espacios con sensores digitales, a lo que se sumó una encuesta a diferentes profesionales que se mudarían al nuevo edificio.

“El espacio de Castellana 85 es por tanto un reflejo de las preferencias de las personas, con el foco principal en el bienestar y la experiencia del usuario. Por ello los espacios están diseñados para transmitir comodidad y armonía, y se acompañan de nuevos servicios e iniciativas wellness: sesiones de yoga y mindfulness, eventos afterwork o charlas en las que nuestros clientes y visitantes pueden inspirarse y conocer cómo estamos aplicando las últimas tecnologías en ciberseguridad, cloud, data, inteligencia artificial o sostenibilidad”, explican.

El despliegue sensórico con el que cuenta la sede de Accenture es la base de toda su gestión. Este proyecto se llevó a cabo junto a Metrikus, con el que se desarrollaría la monitorización inteligente del espacio. Para hacerlo posible, “Metrikus implantó en tres meses una plataforma inteligente líder en el mercado, que combina tecnología, visualización y alertas en tiempo real con sensores de alta precisión para hacer que los espacios sean más inteligentes, seguros y sostenibles”. Accenture, por su parte, enriqueció la plataforma aportando otra variedad de sensores.

Esta plataforma ha supuesto que Accenture haya podido migrar de un modelo más reactivo a otro más proactivo, “apoyándonos en el poder de los datos originados para procesarlos o automatizar acciones de la operativa diaria a través de la inteligencia artificial”.

En la actualidad, respecto a la automatización de procesos, su foco actual es avanzar en la integración y comunicación entre sus propios sistemas y los de la propiedad. “Avanzaremos en este reto con la motivación que supone que el resultado nos ayude a ofrecer experiencias aún más únicas a nuestros profesionales y clientes”, nos explica Dídac Muñoz.

Toda esta recogida de datos, según la responsable de Corporate Services & Sustainability Lead para España, Portugal e Israel de Accenture, “nos está permitiendo, como decimos, lograr diferentes objetivos de eficiencia y sostenibilidad”.

Por ejemplo, en el ámbito del reciclaje y la limpieza, los datos les permiten un ahorro tangible por la automatización de procesos y la reducción del tiempo invertido. Asimismo, obtienen datos auditables y trazables, mejorando la precisión de la información necesaria para el cumplimiento de las certificaciones medioambientales, y por último, posibilitando la mejora de las condiciones del servicio de limpieza, ajustando el servicio de manera flexible a las necesidades reales y mejorando la experiencia de los usuarios.

También en el control de la ocupación y la capacidad, pueden ahorrar recursos “por la automatización de tareas, optimización del uso de los espacios en tiempo real y su previsión mediante modelos predictivos en un proceso de mejora continua que apoya el modelo híbrido de trabajo y la conciliación”. Otra ventaja es que se mitigan riesgos por mejorar el control del aforo y a la vez se garantiza el cumplimiento de las normas de PRL.

Los datos también impactan en otro aspecto como es el relacionado con la calidad del aire interior. En Accenture miden el CO2, las partículas de aire, la temperatura, la humedad y el ruido, “cuidamos aún más de la salud de las personas, en beneficio de su calidad de vida y su productividad, aseguramos la calidad del servicio recibido por la propiedad y nos posicionamos a la vanguardia de futuras regulaciones”, explica Teresa Albertos.

Por último, respecto al consumo energético, como ejemplo, gracias al cierre de los espacios en días de menor ocupación y optimizando la temperatura ambiente con algoritmos que integran capacidad y climatización, se han conseguido importantes ahorros. También han podido detectar de manera prematura anomalías en el servicio. “Y lo más importante, contribuimos directamente a los compromisos derivados de la crisis energética”.

En definitiva, todo este poder que les da el dato, se transforma en “conversaciones más precisas con la propiedad”, pueden ser más eficientes y optimizar los recursos cambiando a modelos más fluidos, identificar ahorros y reducir ineficiencias, profesionalizar al equipo y, en última instancia, tener un impacto positivo en el negocio y la reputación de la marca.

Archivado en: