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ARTÍCULO TÉCNICO

FACILITY

Services

P

artimos de una profesión a

la que le dedicamos todo y

por la que vivimos. Una dis-

ciplina cuyo concepto de gestión es

de lo más sencillo con lo que nos po-

demos encontrar y que nos empeña-

mos en mantenerla en el juego de la

pseudo-indefinición por aquello de la

oferta y la demanda.

Indefinición también provocada

desde el propio término anglicista

donde con el “sostenella y no enmen-

dalla” alternamos la falta de existencia

de concordancia entre el nombre y el

complemento (facility y facilities). Una

imprecisión en los propios títulos de

los cargos, las ofertas y los contratos

en los que nos empeñamos en po-

ner ‘apellidos’ para conseguir el mejor

nombre compuesto: integral, global,

total… Y una evitable descripción en

nuestras propias organizaciones don-

de el cargo que aparece en las tarje-

tas de visita puede llegar a ser inter-

minable. Aquí, estamos olvidando la

regla más básica de la comunicación,

tener un mensaje corto y claro antes

de hablar.

Un idioma propio que todos los

demás lo llaman raro… Es que así so-

mos más y mejor. Más actuales. Más

innovadores. Más modernos. Porque

dicen que es la tendencia. El bilingüis-

mo profesional con el que no sabe-

mos si conseguimos comunicar todo

lo que queremos.

Cuando nos planteamos hablar de

provisión de servicios enseguida pen-

samos en multitud de conceptos re-

lacionados con los propios servicios,

el modelo de negocio, los tiempos,

las propias necesidades de la organi-

zación, etc. Sin embargo, nos gustaría

detenernos en un concepto que mu-

chas veces damos por hecho. El orden.

Hace ya alguna década cuando se

pudo leer un acta del Colegio de Ar-

quitectos de Madrid que finalizaba

con la frase “urge esperar”. Todo ra-

dicaba en cómo acometer determina-

da acción para la que no debía exis-

tir consenso. Muchas veces se recuer-

da mejor la solución que la causa del

problema. Y es precisamente esto,

el consenso, lo que hace que exista

un criterio específico para acometer

unas y no otras acciones.

La provisión de servicios debe ba-

sarse entre otros aspectos en el or-

den. Entendiendo por orden el crite-

rio a aplicar para conseguir unos obje-

tivos. En Facility Management tenemos

asumido un orden, el cuarteto: perso-

nas, espacios, procesos y tecnología.

El presente artículo expone breve-

mente -apoyándose en el orden-, algu-

nas de estas acciones que son funda-

mentales para fijar criterios. Para ello,

lo agruparemos en dos áreas principa-

les: primero el uno y luego el dos.

Primero el uno

Alcanzar el propio orden. Saber lo

que tenemos para después decidir

qué queremos hacer. De este modo,

podremos ubicar “las cosas” en el lu-

gar que les corresponde. Analizarlas.

Fijar la ruta desde el punto de partida

hasta la meta: el proceso completo.

El modelo de negocio a desarro-

llar con los servicios a prestar, consi-

derando como servicios todos los di-

rigidos a las tres áreas fundamentales

existentes en un cliente, en una or-

ganización: mantenimiento de los in-

muebles y sus instalaciones, la aten-

ción a los usuarios y los servicios es-

pecíficos del cliente. Sobre ellos, los

vinculados al nivel estratégico, que

se alinean con los objetivos del clien-

te para poder gestionar necesidades

y obtener los mejores resultados de

rentabilidad y productividad.

Es evidente que la provisión de

servicios en la gestión debe ocupar

el primer lugar de cualquier acción

dentro de esta disciplina de gestión.

Un orden. Primero el uno y luego el dos

Montserrat Castellanos Moreno

Directora Área FM de Clece