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ARTÍCULO TÉCNICO

SMART

City

E

n 1.900 sólo el 13% de la po-

blación mundial vivía en ciu-

dades. En 2050 se prevé que

ese número aumente hasta un 70%

(sería el equivalente a añadir 7 ciuda-

des como Nueva York al planeta cada

año). Sin duda, este ritmo de urbani-

zación sin precedentes es un auténti-

co logro para el progreso económico y

social del planeta. Sin embargo, como

todos sabemos, las ciudades no son ni

mucho menos organizaciones perfec-

tas y cada día los ciudadanos ‘sufrimos’

su complejidad e, incluso, ineficacia.

Esta complejidad se deriva de que la

ciudad es un grandísimo sistema cuyo

funcionamiento depende a su vez de

seis subsistemas esenciales que tra-

bajan de forma sinérgica: personas,

empresas, transporte, comunicacio-

nes, agua y energía. A su vez, el buen

funcionamiento de estos subsistemas

afronta serios retos y problemas. Por

ejemplo: los sistemas sanitarios afron-

tan en los países maduros el reto del

envejecimiento de la población o los

movimientos migratorios en un con-

texto de reducción de gasto público.

Los sistemas energéticos cuentan con

recursos limitados, están expuestos a

la posibilidad de fraude y son ineficien-

tes (a diario se pierde suficiente ener-

gía en el mundo como para abastecer

a India, Alemania y Canadá durante un

año). Los sistemas de transporte son

costosos y no logran solucionar el pro-

blema del tráfico (el coste de los atas-

cos en los países desarrollados ascien-

de a entre el 1% y el 3% del PIB), etc.

Sin embargo, hay tres factores que

están dotando a las ciudades de una

capacidad tecnológica sin preceden-

tes y, por lo tanto, de la posibilidad de

generar sinergias y funcionar de for-

ma más eficaz y eficiente. Estos tres

factores son: la proliferación de la

In-

ternet de las Cosas

(IoT por sus siglas

en inglés), que hace que cualquier ob-

jeto pueda conectarse a la red y en-

viar datos a un sistema central (por

ejemplo, los contadores inteligentes

de electricidad o sensores en las in-

fraestructuras). Luego está la expan-

sión de las redes de comunicación,

como las redes móviles, fibra ópti-

ca y wifi, que facilitan la conexión en-

tre los datos. Y, por último, las nuevas

tecnologías de explotación y análisis

de datos que, combinadas con los po-

tentes sistemas de computación con

los que ya contamos, hacen aflorar el

conocimiento que hay detrás de los

datos que genera la

Internet de las Co-

sas

. Este conjunto de tecnologías es

capaz, por ejemplo, de crear simu-

laciones de los flujos del tráfico con

múltiples variables y dar respuesta en

tiempo real, como por ejemplo suge-

rir un cambio en el precio en los pea-

jes, etc. A partir de estas simulacio-

nes, los gestores de las ciudades pue-

den también tomar decisiones más

acertadas para planificar los recursos

a largo plazo.

La combinación de estas tecnologías

permite que se genere un valiosísimo

conocimiento con el que identificar las

ineficiencias de los sistemas que con-

forman la ciudad y, en consecuencia,

hacer las transformaciones necesarias.

El resultado es que la ciudad progre-

sa y mejora económica y socialmente.

El papel del móvil

El desarrollo de la movilidad está su-

poniendo una revolución en nuestras

vidas comparable a la que originó la

llegada de Internet en los años noven-

ta. Hoy en día, la mayoría de nosotros

disponemos de un teléfono inteligen-

te y, según un estudio de IDC de 2014,

en el año 2017 unas 3.500 millones de

personas (46% de la población mun-

dial) estarán conectadas a Internet

y el 64% accederá a la red vía móvil.

Por tanto, puesto que los dispositivos

móviles pueden ser una de las princi-

pales puertas de acceso a la informa-

ción, cualquier iniciativa de Smart City

debe tener muy presente la movilidad

como acelerador de los servicios que

se prestan en una ciudad.

La IoT está logrando que las perso-

nas puedan interactuar con los espa-

cios urbanos, beneficiándose de la in-

formación que generan todos los ele-

mentos que confluyen en una gran

ciudad: carreteras, puentes, aparca-

mientos, líneas de autobús, metro, etc.

Y el móvil está llevando esta interac-

ción a la palma de la mano y desde

cualquier lugar posible, lo que multipli-

ca las ventajas del acceso a toda esta

información.

Un ejemplo, a nivel usuario, son las

apps que nos dicen cuántos minutos

quedan para que llegue el autobús,

La tecnología móvil,

impulso de la ciudad

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inteligente

»

Joan Ramón Mallart

Director de soluciones de movilidad de IBM España, Portugal, Grecia e Israel