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ARTÍCULO TÉCNICO

CONSULTORÍA Y

Gestión FM

go medio en cada uno de los grados.

De este modo, se podría afirmar que

para el grado Q3 el precio óptimo es

de 13,75 €, para el grado Q2 es de

27,40 € y, finalmente, para el grado

Q1 el precio rondaría los 43,57 €.

A todo esto se llama la estructura

del

benchmark,

y consume el 60% de

los recursos. Recoger los datos es re-

lativamente sencillo y el presentar la

información es lo último y más fácil.

Estudio de benchmark

En un estudio realizado en el mismo

periodo y para dos organizaciones

distintas de tamaños similares sobre

el servicio de limpieza en sus oficinas

(ambas de alquiler) situadas en la mis-

ma ciudad, se obtuvo que la empresa

A pagaba 1,27 €/m

2

/mes y era correc-

to y para la empresa B un precio de

2,76 €/m

2

/mes también era correcto.

En ambos casos se ahorró algo, pero

sus precios estaban dentro de lo es-

perado para el servicio recibido.

Debemos llamar la atención sobre

el hecho de que las cifras son casi el

doble la una de la otra. Si metiéra-

mos ambas en una horquilla o rango e

Es por eso que se decide clasificar

los resultados de forma que se pue-

dan agrupar o comparar los elemen-

tos similares entre sí. Para ello se tra-

zan unas líneas horizontales que di-

viden los resultados en tres grupos

dependiendo de la puntuación obte-

nida en esas prestaciones. Con esto

aparecen unos niveles o grados (que

podemos llamar Q1, Q2 y Q3), para

los cuales se establecerán unos mí-

nimos y unos máximos en los distin-

tos aspectos.

Lo que estamos haciendo es, a par-

tir de la figura 4, agrupar o clasificar

los resultados, de tal modo que, a la

hora de usar el

benchmark,

uno deba

ubicarse dentro de una de las catego-

rías. Tras esta ubicación sí que sabré

si para ese segmento el restaurante

es caro o barato o su relación cali-

dad precio, y, si soy un restaurador,

podré ver dónde está mi restaurante,

mirando lo que ofrezco exactamente,

y entonces me puedo comparar con

los que ofrecen lo mismo (o pareci-

do) y saber si soy caro o barato.

Al agrupar los distintos precios de

los restaurantes, obtendremos el ran-

Después podemos entrar en más

detalle y contemplar si el mantel y las

servilletas son de tela o de papel, si

las mesas están muy próximas, si el

local está climatizado, si hay aparca-

coches, si hay terraza, etc. Podríamos

llegar a enumerar cada aspecto que

rodea el menú como “prestaciones”

y definir los parámetros entre los que

queremos que se encuentre nues-

tro estudio como un grado de “ca-

lidad”, para luego extraer esa infor-

mación de las muestras y poder decir

qué valor tienen esos elementos den-

tro del conjunto y darles unos pesos

para ponderar lo que afectan en el

total (independientemente del coste).

En la figura 4 se representan los

mismos datos que en la figura 1, sólo

que esta vez con una dimensión de

calidad, o lo que hemos denominado

prestaciones y calidad, en el eje Y. Es-

tos serían cada uno de los elementos

en que hemos querido contabilizar o

desglosar el análisis de menú y que se

han ido enumerando en los párrafos

anteriores.

Se observa que la posición de los

precios (los triángulos azules) ha cam-

biado dependiendo de esos grados

de calidad y de las puntuaciones ob-

tenidas. Se ve ahora más necesario el

establecer un grado de diferenciación

distinto al mero precio, ya que no es

comparable, y lo que intuíamos sobre

que la media de 24,21 € no aplicaba

a todos, ahora es más comprensible.

Figura 4.

Presentación

de la media

con un nuevo

eje de calidad.

Para cualquier servicio, los aspectos que pueden

influir son muy diversos y, aunque se consiga

desglosarlos, hay factores que son intangibles