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88

ARTÍCULO TÉCNICO

CONSULTORÍA Y

Gestión FM

semos que los demás podrían opi-

nar lo mismo al ver los nuestros.

En FMHOUSE ofrecemos estudios

de

benchmark

con distintos grados

de detalle, desde una aproximación

inicial, al análisis detallado y exhaus-

tivo de la organización y su funcio-

namiento, pero siempre comparan-

do con lo que más conviene a la or-

ganización en ese momento y en ese

servicio o conjunto de servicios.

Como consultores y analistas de

mercado, por supuesto que tene-

mos nuestros datos de

benchmark

de cada servicio descompuesto en

actividades, con modificadores por

tipo de edificio y ciudad o región,

pero, incluso así, los usamos única-

mente de referencia. Reconocemos

que cada organización puede, y de

hecho tiene, una situación particu-

lar, un estilo y una forma de trabajar

que puede hacerle que se distancie

de esos valores, por encima o por

debajo, y seguir en una situación óp-

tima, o, al contrario, que se encuen-

tre en unos rangos aparentemente

óptimos y que exista lugar para un

ahorro considerable.

Hemos de reconocer que es la

máxima diferencia que hemos en-

contrado, pero es real y sirve para

ilustrar que los datos pueden dar lu-

gar a error.

¿Qué dato de referencia deberían

usar entonces las organizaciones si

existe una horquilla tan grande?

Para cualquier servicio, tan bási-

co o recurrente como el que se ha

mencionado antes de limpieza, los

aspectos que pueden influir son muy

diversos y, aunque se consiga desglo-

sarlos, hay factores que son intangi-

bles, como son la imagen de la em-

presa, su situación económica, su

preocupación por los empleados o

su orientación al cliente, entre otros.

Conclusiones

No queremos desanimar a nadie a

estudiar costes y compararse con

otros, pero se debe dar la validez

correcta a estas informaciones y,

sobre todo, no obsesionarse con

cómo hacen las cosas los demás.

Muchas veces nos movemos por

datos de otros pensando que los

nuestros no son válidos, pero pen-

intentáramos compararnos con ese

margen, sin más información que

esa, lo más probable es que se lle-

vara a error, ya que no sería posible

que ambas fueran correctas sólo

basándonos en precio.

Hay muchos factores que influyen

para que este ratio sea correcto en

los dos casos. En el caso del ejem-

plo citado, los más destacados eran

el tipo de distribución de la oficina,

el número de baños por empleado y

las veces que se limpiaban, las mam-

paras de cristal, los tipos de suelos, la

diferencia de horarios de trabajo, la

limpieza de cristales exteriores (que

muchas veces hace la propiedad) es-

taba incluida en el precio en una de

ellas, pero, sobre todo, que una es

una organización, Ilamémosla, “ele-

gante” y la otra es tipo “low cost”.

Todos estos datos deben poderse

reflejar en un estudio de

benchmark

y uno debe saber posicionarse en el

gráfico correcto del que poder ex-

traer conclusiones antes de lanzarse

a tomar decisiones.

Está claro que limpiar un me-

tro cuadrado de quirófano no pue-

de costar lo mismo que limpiar un

metro cuadrado de garaje, aunque

se hable de la misma subactividad,

como puede ser barrer o fregar.

En el ejemplo anterior, son metros

cuadrados de oficina y la diferencia

mostrada oscila un porcentaje tan

alto que no hay cifra de

benchmark

coherente que lo soporte.

Figura 5.

Categorización

de resultados

y aparición de

nuevas medias.

Muchas veces nos movemos por datos de otros

pensando que los nuestros no son válidos, pero

pensemos que los demás podrían opinar lo mismo

al ver los nuestros